UNA DE CALDERÓN, fragmentos de su artículo de opinión

UNA DE CALDERÓN, fragmentos de su artículo de opinión

Miguel A. Varela, director del Teatro Municipal Bergidum de Ponferrada nos dedica esta columna de opinión en el Diario de León después de que nuestra Barraca europea pasara por allí.

«Son una decena de jóvenes estudiantes de Erasmus en la Universidad de Valencia. Hay alemanes, un par de italianas, unos franceses, españoles y un finlandés que quiere ser profesor de historia y llegó a España hace unos meses sin conocer una sóla palabra del castellano. Forman parte de Escena Erasmus, un proyecto surgido en la Universidad de Valencia que promueve el intercambio de experiencias teatrales en el ámbito universitario europeo.

Hace unos días representaron en León y Ponferrada «Lorca, Calderón y los estudiantes de Babel», una atractiva dramaturgia que maneja textos de Federico y entremeses de don Pedro, introduciendo un juego metateatral no exento de críticaque parte de una mirada humorística a la propia condición multinacional del grupo.

Para casi todos los aprendices de actores ha sido su primer contacto con los escenarios. El resultado tiene un gran mérito y algún momento de intensidad más que notable, como el del monólogo de Segismundoque ofrece el finlandés que quiere ser profesor de historia y que hace unos meses no hablaba castellano.

La función en Ponferrada coincidió con la jornada aciaga del hachazo presupuestario que elimina cualquier duda sobre nuestra condición de cuarto país intervenido de la Unión Europea. Mientras la palabra fresca de los estudiantes hablaba en escena de la unión ciudadana a través de la cultura, los títeres de la política vocalizaban el guión de la rendición ante los mercaderes de la dignidad, abonando de paso el terreno donde se incuba el huevo de la serpiente. También coincidió con el final de la Marcha Negra, un gesto de sacrificio épico ante el que no caben reticencias: al margen de las dudas que uno abrigue sobre la trastienda del sector, la reivindicación del carbón ante un manifiesto incumplimiento de contrato por parte del gobierno es totalmente justa. En Madrid, los mineros tuvieron un cálido recibimiento de unos ciudadanos cada vez más cabreados y una no menos caliente respuesta de la autoridad gubernamental a través de las porras policiales. La batalla minera pinta mal no sólo para los trabajadores sino para comarcas carboníferas como las leoneses, condenadas antes de tiempo en la peor de las circunstancias imaginables. El partido en el poder juzgará si puede permitirse ese lujo en unos de sus graneros electorales más fructíferos.

Y mientras el mundo se derrumbaba, los jóvenes de Escena Erasmus cumplían con entrega la vieja misión de subir a escena las dudas de la vida. A Don Pedro Calderón de la Barca le hubiera parecido una situación muy teatral.»